21.12.11

Rastrillo de diseño solidario, en apoyo a Elvira Roda

Recordad que el próximo viernes, día 23, desde las 10 hasta las 22 horas, se celebrará el Rastrillo de diseño solidario, en apoyo a la diseñadora Elvira Roda, afectada de Sensibilidad Química Múltiple.
Aquí tenéis algunas fotos de los objetos que han cedido los diseñadores.









Por orden, las fotos corresponden a El juego de los ciclistas, de Nacho Lavernia; Aceitera, de CuldeSac; Llaveros, de Sara de la Mora; LunchBox, de Borja Garcia; Pack de Pixels XL, de CDRoig, Topolina, de la tienda Cosin; y La Caja Vernetta, de Gráficas Vernetta.
No olvidéis que a las 18 horas, aproximadamente, tendrá lugar la "half time session", en la que se servirá vino.

19.12.11

Bamboo de Colón, estilo contemporáneo en un edificio histórico


Siempre es un placer volver al Mercado de Colón. En esta construcción proyectada por Francisco Mora, y que pronto cumplirá su primer siglo de existencia, se encuentra el restaurante Bamboo de Colón. Está ubicado en el sótano del mercado y se inauguró en mayode 2003, coincidiendo con la rehabilitación integral del mismo.
Para entrar en el recinto, accederemos a él tras bajar unas escaleras mecánicas que nos dan acceso a la plaza descubierta que se halla bajo la cota 0, y en la que, premonitoriamente, se ubica una fuente de agua, cristal y cañas de bambú, que tendremos que rodear para llegar al restaurante. Fuera encontraremos una terraza cubierta, amueblada con mobiliario blanco de exterior realizado en resina: un espacio pensado para poder alargar la sobremesa o empezar la noche en un espacio diferenciado.
En su fachada podremos ver un anticipo del estilo y los materiales de su interior, revestimiento de piedra natural, dos imágenes gráficas iluminadas por dos lámparas Tolomeo y simétricamente dispuestas a los lados de la puerta, cristal y el nombre del local en letras de acero.
Tras cruzar la puerta, lo primero que nos llama la atención es su simetría; un pasillo central, que nos da paso a la barra, con una mesa realizada en acero y cristal que da servicio a las mesas ubicadas en sus dos salas a derecha e izquierda, y separadas del mismo por dos cortinas de gasa negra. En el pavimento, piedra pulida; en las paredes, revestimiento de piedra devastada; los techos, negros; dos murales gráficos en rojo, yen cada una de las dos salas, un muro de alabastro retroiluminado, que hace de pantalla, otorgándoles una peculiar iluminación a los comedores. Tras uno de esos muros se esconde lo único que rompe la simetría del local, un comedor para las reuniones más privadas.
La barra está resuelta en la misma piedra, como si de un bloque traído de la cantera se tratara, y en su trasera volvemos a ver el nombre del local con su tipografía en acero.
El mobiliario es variado, combinando mesas y sillas de madera en algunos casos, y en otros, cristal, acero y sofás tapizados.
La iluminación tiene un efecto muy intimista, conseguido a base de lámparas de pie y sobremesa que iluminan los distintos espacios, acompañado por una escasa iluminación cenital que la complementa.
Bamboo es un local grato, donde el interiorismo de Isabel María Alfaro ha conseguido crear una atmósfera particular y muy propicia para disfrutar de la compañía mientras podemos saborear su cocina.
(Artículo publicado por Fernando Ortuño en la sección Estilos de vida, en La Cartelera de Levante-EMV)

2.12.11

Casa Calabuig, un viaje al siglo XIX en la Avenida del Puerto

Hoy nos situaremos en la avenida del Puerto, en el número 336. Esta avenida es la más larga de nuestra ciudad y fue concebida, tal y como la conocemos hoy, en el año 1802, con el nombre de Camino del Grao, uniendo al tráfico la ciudad y el puerto de Valencia. Allí, y desde 1903, podemos visitar Casa Calabuig, restaurante que en su origen era frecuentado por estibadores y marineros del puerto, y que actualmente ha pasado a ser uno de los restaurantes del Grao con más solera e historia.
Situada en los bajos de un edificio modernista, que hoy ha quedado totalmente exento, la fachada de Casa Calabuig permanece inalterable y bien conservada, manteniendo su estructura original con su carpintería de madera, que nos permite asomarnos a través de sus cristaleras a la frenética actividad de la zona portuaria.
Una vez accedemos al local, nos encontramos con un interior perfectamente conservado, que nos transporta a principios del siglo XX. En el pavimento encontraremos un gres cerámico fruto de alguna rehabilitación posterior. Las paredes están revestidas con una zocalada de madera oscura, compuesta por paneles moldurados que van configurando su estructura, y el resto de la superficie pintado en rojo caldera. Insertadas entre los paneles, también encontraremos algunas vitrinas, donde se ubican, como si de una colección se tratara, botellas de licor, y, junto a ellas, un reloj que nos marca las horas en un local donde parece haberse detenido el tiempo.
La barra está resuelta en madera y granito. Detrás de ella, unos arcos de madera, para albergar el servicio, y revestidos con espejo, proporcionando más profundidad al local. El mobiliario está formado por mesas y bancos distribuidos en batería, con estructura de madera y tapizados estos últimos en piel negra junto con los taburetes altos de hierro negro quedan servicio a la barra. Al lado de la misma, un pequeño quiosco que funciona como estanco y administración de lotería.
En los techos podemos ver los artesonados originales de escayola propios de la época, pintados en dos colores para resaltar las molduras, escocias y rosetones que lo forman. La iluminación está compuesta por varias bolas de cristal que cuelgan del techo y algunos apliques de pared ubicados en la zona de las mesas, que aportan cierta calidez. En Casa Calabuig volvemos a encontrar otro de los locales de nuestra ciudad que siguen manteniendo su identidad, al margen de modas y tendencias, y que son testigos impasibles del paso del tiempo. (Artículo de Fernando Ortuño para La Cartelera de Levante-EMV).

Guixeres Valencia: el concepto museístico aplicado al comercio


Julio Guixeres empieza su andadura profesional en su estudio de Denia, y en el año 2006 decide comenzar un nuevo proyecto con la inauguración de su tienda en Valencia, intentando volcar toda su particular concepción del diseño y abriendo para ello un espacio que no se limita a ser un contenedor de muebles, al apostar por su visión personal del objeto como pieza artística y de culto.
Su espacio se abre a la calle con dos grandes escaparates a ambos lados del zaguán de la construcción, enmarcados en acero inoxidable y que sirven de preludio del espíritu que podremos encontrar en su interior. Al entrar, nos encontramos con una antesala de techos más bajos, donde encontraremos el mostrador revestido de moqueta de lana de pelo largo y unas primeras vitrinas como apunte de lo que encontraremos dentro. Al sobrepasar este espacio hallamos un local luminoso, de techos infinitos, pero en el que en seguida podremos apreciar que en ningún momento será el protagonista. En el pavimento, un fratasado de cemento continuo y neutro; las paredes, desnudas y pintadas de blanco; la estructura, limpia y tal como se concibió en origen. Todo ello, para poder albergar un sinfín de vitrinas, estantes y tarimas como contenedores y soporte de las piezas de diseño.
Su concepción es casi museística, de manera que cualquier elemento ajeno a lo que se expone está a su servicio y pensado con el fin de no interferir con él. Así, pues, podemos recorrer el espacio admirando lo que allí realmente importa: piezas consagradas del diseño de Memphis, Dríade, Fornasetti, Tom Dixon, Ingo Maurer, Alessi y muchos otros, y que podemos encontrar en algunos de los mejores museos del mundo, que, desde hace años,dan cabida al os objetos de diseño como piezas artísticas. Junto con ello, también encontraremos piezas más contemporáneas, pero que guardan una característica común entre ellas, su calidad creativa.
Aprovechando la altura del local, y tras subir una escalera oculta a la vista, accederemos a una pasarela que recorre parte del espacio y que nos da acceso al altillo donde está el estudio. La iluminación, como no podía ser de otra manera, sigue el mismo criterio y está compuesta por rieles electrificados, para dar versatilidad a la iluminación de las piezas.
(Artículo publicado por Fernando Ortuño en la sección Estilos de vida, en La Cartelera de Levante-EMV)