28.10.11

Chapeau, arquitectura capaz de pasar casi inadvertida

"Chapeau proporciona un buen ejemplo de cómo la buena arquitectura interior es capaz de pasar casi desapercibida, para servir como espacio envolvente del contenido que alberga. La fachada proyecta una imagen hacia el exterior como si de un cuadro se tratara, mientras el interior ofrece un espacio continuo y limpio". Así describe Fernando Ortuño, en su sección semanal de La Cartelera de Levante-EMV, este local del ensanche valenciano realizado por Ramón Esteve.

"La altura del local y su cromatismo, junto con las livianas estructuras de acero que cuelgan del techo, y que hacen de soporte para las piezas de ropa, configuran un entorno donde la moda es la protagonista. En su pavimento encontramos una piedra caliza gris de gran formato, que crea una superficie sólida sobre la que se levantan sus paredes blancas sin llegar a tocarla, ya que todo los paramentos verticales están distanciados del suelo por un zócalo retranqueado de acero despulido. Los probadores están resueltos en cristal butiral blanco, creando un volumen que, junto con su iluminación y el toque verdoso que adquiere el cristal a través de la misma, configuran un elemento arquitectónico dentro de la propia arquitectura", escribe Ortuño.

"Ramón Esteve ha conseguido en este proyecto crear un contenedor ecuánime, que perdurará así en el tiempo y donde las sucesivas creaciones de Prada, Gucci, Marni, Celine, o Lanvin, puedan ser el centro de atención al margen de los vertiginosos cambios de tendencia que se producen en el efímero mundo de la moda", concluye el colegiado interiorista sobre este espacio de la guía urbana del CDICV.

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