7.11.11

Bueno para Comer, el espíritu de los antiguos ultramarinos

Estilos de vida, la sección de La Cartelera de Levante-EMV que cada semana recuepra uno de los espacios de la guía urbana editada por el CDICV, se detiene esta semana en Bueno para Comer, un delicada tienda de productos gastronómicos nacionales y de importación ubicada en los bajos de un edificio de 1923. El proyecto de rehabilitación del local fue realizado por Andrés Alfaro Hofmann con la idea de mantener la estructura del antiguo comercio y recuperar, en la medida de lo posible, su espíritu gastronómico.

"Al entrar nos encontraremos con un local recogido, con paredes cubiertas de estanterías de madera, donde la única intervención, además de su recuperación, ha sido la modificación de la línea de muebles bajos, realizados también en madera oscura y diseñados con líneas simples, logrando así una mínima interferencia con la estructura original, y que tiene su continuidad con el pequeño mostrador que sirve de vitrina de frío", describe Fernando Ortuño. "El pavimento se ha resuelto con un parqué de madera rojiza que termina de definir la calidez del local. Y las paredes que quedan libres están pintadas en color beis. En el techo, la escocia perimetral de escayola y los tubos de la instalación eléctrica, indicativos de su antigüedad, se han pintado de blanco para resaltar la altura. La iluminación está basada en la luz natural, apoyada por dos bolas de cristal blanco que nos recuerdan las utilizadas en las construcciones de los años treinta. En el centro, una lámpara realizada con copas por el diseñador irlandés Ray Power, que hace referencia a la extensa carta de vinos nacionales y de importación (en especial, alemanes) que allí podemos encontrar".

"En Bueno para Comer encontraremos un local que recupera la esencia y el sabor de nuestros tradicionales ultramarinos, con la oferta más actual en gastronomía y donde, además de comprar, podemos degustar algunos de sus productos".

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