24.10.09

REFLEXION

Durante estos dias, te vas encontrando con compañeros que te cuentan como van tirando con la situación actual, escuchas comentarios de todo tipo, y la verdad es que conforme pasan los días te va comiendo la moral,  ...cada vez con menos fuerza pero todos se arman de valor y acaban la conversación diciendo; "bueno, tiraremos para delante", "Saldremos", hay que levantarse todas las mañanas", o "esto no va a acabar conmigo".... te despides y sigues caminando pensando en tus cosas", pero el otro dia fue diferente.

Tengo por costumbre, cenar cada 2 meses con mis compañeros de promoción de la escuela de Artes de oficios (sin parejas por que no nos entienden) y nuestras conversaciones siempre tienen un sabor especial por la añoranza de aquellos años en que nos comiamos el mundo y la ingenuidad nos hacia ver la realidad de otra manera...
El otro dia en una de nuestras conversaciones alguien comentó algo que me dejó helad@, y me hizo reflexionar... Ella dijo: "Creo que nuestra profesión es prescindible en tiempos de crisis"...."la gente no nos necesita"...

¿Pero como que prescindible?
podria decir muchas definiciones de nuestra profesión pero prescindible!! ¿Como que la gente no nos necesita? ....
De repente me entró un terror escénico de pensar que todo lo que me gusta, a lo que dedico todas las horas del dia, en definitiva  lo único que se hacer,  y lo  que mis compañeros del colectivo saben hacer, es... PRESCINDIBLE!!

Uniendo esta reflexión a otra que me hice de camino al banco el otro día donde empecé a contar las joyerías, perfumerías, centros de yoga, estética, depilación por láser, vinotecas y delicatessen... que habia desde Avd. Antiguo Reino a c.Colón, y que lejos de cerrar, se abrían más, saqué la conclusión definitiva de que 

Mientras nuestro trabajo
no se lo puedan poner encima,
no tenemos nada que hacer!!

Porque esta clarísimo que en tiempos de crisis no podemos renunciar a un buen perfume, a un oso de oro del tamaño de una placa de policía, a volver a usar las pinzas y a tomar cholocatinas rellenas de queso.. (que aunque estan buenísimas) no piensas en ellas cuando no te llega ni para champú (de hacendado, claro)

Y... yo me pregunto? ¿NO TENEMOS LO QUE NOS MERECEMOS?!!

El otro día estando con una clienta a la que espero reformarle la terraza, me dijo; "Ya te digo algo por que he llamado al programa de Reforma Sorpresa e igual me llaman" ¡¡QUE!!

(Para el que no lo conozca reforma sorpresa es el programa de cuatro que presenta Nuestra valenciana ilustre "Nuria Roca"),


Realmente la imagen que tiene el consumidor de nuestra profesión es esta, la de unos decoradores chillones, que imponen su criterio al de los técnicos,  que reciclan telas de flores para fondos de armario, que les da igual los acabados y que todo lo improvisan y que se pasan de bronca todo el día!!
(aunque una amiga familiarizada con el showbussines me dijo que era lo que daba audiencia y no pretendia más allá)

Creo que el programa tira por tierra todo el trabajo serio que muchos compañeros de nuestro colectivo desarrollan y que lamentablemente este tipo de personajes hayan salido de debajo de las piedras en época de bonanza, que hayan mal utilizado y abusado del diseño, y que su lema ha sido "El fin justifica los medios"
A si que vaya por delante que esta crisis es una putada, pero que si sirve para depurar, bienvenida sea, así que amigos mios... Aguantar, aguantemos como podamos y que no se nos creen crisis de autoestima como la mía, aunque los próximos 5 años sean para pagar ICOS, PRÉSTAMOS Y REHIPOTECAS (los que las hayan conseguido, claro) y que recuperemos la esencia del por qué estudiamos esto, de la ingenuidad perdida, de los sulfurizados, de la esencia del proyecto...(Gracias FER por tu reflexión)... Ah y querida Eva... para la próxima cena hablemos del tiempo, por que luego paso unos dias fatal

AHHHH y a ver si os colegiais!!!!!!!!!

5 comentarios:

Ideoestudi dijo...

Excelente entrada. No negaré que yo mismo me he planteado en alguna ocasión si ciertamente nuestra profesión es prescindible.

"Mi casa, el lugar donde disfruto la familia y mi vida, una cueva apacible, acogedora, que me transmite tranquilidad y bienestar, que me carga las pilas para aguantar el día a día, que funciona como un rólex y cumple con mis necesidades. Me gusta mi casa, de estilo contemporáneo, y no me gustaría vivir en un loft o en una casa de estilo clásico. No es como yo. Mi vocación, mi trabajo, me obliga a creer que mi refugio es uno de los principales pilares en mi vida, y que he de cuidarlo y estudiar su diseño, porque es mi HOGAR."

Una reflexión muy espiritual y ñoña, que podría resumir de un modo más capitalista y efectivo para llegar a la gente (cuando tocas el tema del dinero, a casi todos se nos levanta la ceja): tu despacho, con mucha luz natural, bien ventilado, con una estética acorde a tu personalidad y una distribución funcional = tu estado de ánimo es excelente, te sientes bien, te gusta tu espacio, disfrutas con tu trabajo y lo haces perfectamente = los clientes lo saben y contratan tus servicios, reciben tu buen rollo, y se lo cuentan a más gente = trabajo = dinero.

Pero somos prescindibles. La persona que va a abrir un negocio consigue un local, pone un tabique aquí y otro allá, llena el techo con downlights fluorescentes (que como son de bajo consumo, de paso se cree ecológica) lo pinta de un color llamativo, y a trabajar. ¿Para que se va a gastar un dinero en un/a profesional que le asesore si lo puede hacer ella misma (o el constructor, el pintor, el fontanero...)? Prefiere ahorrarse ese dinero y comprarse el coche que tiene 150 CV en lugar de el que tiene 130 CV.

¿Realmente somos prescindibles? No
¿La sociedad tiene claro nuestro cometido? ...
¿Tenemos lo que nos merecemos? no
¿Pero, hemos hecho algo para no merecer lo que tenemos?

Aguantar, es lo que dicen tod@s. Es posible que el mes que viene cierre una empresa con la que suelo colaborar, por falta de trabajo. Llevamos diciéndonos eso de "aguantar" desde hace tiempo. Y la cosa parece que va para largo. Solo espero que la próxima vez que alguien me diga "hay que aguantar!", sea tarde para hacerlo.

¿Ya es casi la 1? es que tengo que tomarme las pastillas para el cerebro....

la f@ctoria dijo...

No nos equivoquemos, nuestro colegio no tiene poder ni político ni social, no tenemos un banco propio, y la ley no obliga a nadie a contratarnos… pero acaso es eso lo que deseamos?
No nos engañemos, nunca nos han gustado los corporativismos, nos ha encantado esa imagen independiente y alternativa que ha adquirido nuestra profesión, y no nos metimos en esto porque no pudiéramos ser arquitectos, sino porque no queríamos serlo… “yo de mayor quiero ser diseñador”.
Pero que hemos hecho para darle un valor añadido a nuestra profesión... alguno dirá “yo mucho”, pues sabes que te digo, hace tiempo que no te miras al espejo.
Mientras ha habido trabajo nos hemos vuelto superfluos y vánales, vacios de contenido moral y social, sin ningún compromiso con el mundo que nos rodea, sin ninguna implicación social, vacios de forma y de ideología, alejados de la realidad, y ensimismados en nosotros mismos…
Yo al menos no quiero que el diseño se transforme en algo oficialista, no quiero banco propio, no quiero un colegio entendido como un negocio, no quiero poder político, yo quiero que mi valor añadido sea el compromiso de mi profesión con la sociedad, yo quiero que mi valor añadido tenga una carga ideológica, yo quiero diseñar viviendas de VPO, y mejorar la calidad de vida de esas personas, no seamos nimios, nuestra profesionalidad no se basa en el precio de los materiales que colocamos.
Nuestra profesión tiene una labor que no es nada prescindible, el problema es que nosotros hemos prescindido de ella…
Y no seré hipócrita, a mí también me gusta hacer un proyecto con un cheque en blanco delante, pero eso no es mi profesión, mi profesión es diseñar para mejorar la calidad de vida de las personas, y si de algo sirve este momento que vivimos es para darnos cuenta que la calidad de vida no está en las estrellas Michelin, sino en con quien compartes el bocadillo de fiambre…
Mientras hemos vivido en un momento que todo valía, no hemos sabido encontrar nuestro sitio para cuando ya no vale cualquier cosa a cualquier precio.
Y eso es lo que tenemos, un sentimiento de vacío, un sentimiento de que somos prescindibles, por que paradójicamente hemos construido una profesión que tan solo tiene fachada, empezando por que a pesar de que no me considero corporativista y de que no estoy de acuerdo con la figura del “colegio oficial”, lo único que hemos hecho ante eso es NADA, y los esfuerzos de las personas que están luchando por el colectivo han caído en el vacío, porque ni siquiera los que no estamos de acuerdo con ese modelo, hemos sido capaces de ir, decírselo y aportar algo a nuestro colectivo que hoy por hoy no existe, y nos hemos limitado a ignorar a las únicas personas que ,aunque yo no esté de acuerdo con ellas, han intentado hacer algo.
Que podemos esperar de una profesión, que en su día como estudiantes que fuimos lucho por sus enseñanzas, y que al final lo único que conseguimos es que la escuela perdiera su esencia, su ideología, su personalidad, y se alienara definitivamente.
Creo que es imprescindible que nos definamos, creo que es imprescindible que debatamos, ya va siendo hora de que seamos capaces de proyectar nuestra propia casa, es el momento de sacar la cabeza y decirle a la sociedad para que servimos, quienes somos, que pensamos y en que podemos mejorar su vida.

Anónimo dijo...

Navegando por internet he dado con ésta página y con vuestros comentarios, y me han venido a la memoria los años en los que estudie en la antigua Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Valencia. Recuerdo el año en el que nos establecimos en asamblea permanente después de todas las sentencias del Tribunal Supremo que nos reconocían como técnicos competentes. Pedíamos la equiparación a Diplomatura.

No solo no lo conseguimos, sino que en todos estos años hemos ido perdiendo reconocimiento académico. Ahora nuestra correspondencia es la de Técnicos Superiores en Artes Plásticas y Diseño en Proyectos y Dirección de Obras de Decoración. Tenemos una correspondencia académica inferior a nuestras atribuciones profesionales del Real Decreto 902/77.

Atribuciones profesionales que al parecer compartimos con los Estudios Superiores en Diseño de Interiores y los Grados en Diseño de Interiores de nueva creación. No hay que olvidar, que la profesión regulada en España es la de Decorador, según la normativa vigente.

Esto nos lleva a un agravio comparativo, puesto que los Graduados en Artes Aplicadas especialidad Decoración ( Plan 63 ), no tenemos nuestros estudios reconocidos a nivel de Diplomatura. Esto nos priva de realizar el máster en prevención de riesgos laborales, hacer cursos de post-grado, etc. En esta sociedad donde priva en demasía la titulación, teniendo las mismas atribuciones profesionales vamos a estar en desigualdad respecto a los compañeros que tienen un mayor reconocimiento académico.

En la actualidad veo como se renombra el Colegio Oficial de Decoradores y Diseñadores de Interior por el de Colegio de Diseñadores de Interior. Creo que esto es un paso más para olvidar nuestros orígenes, no olvidemos que nuestras atribuciones profesionales las tenemos gracias a otros compañeros Decoradores que en su día lucharon por el reconocimiento de esta profesión.

¿ Seguirá sirviendo el Titulo de Graduado en Artes Aplicadas especialidad Decoración para formar parte de esa gran familia que es el Colegio, después de ser renombrado ?

Felices Navidades y prospero año nuevo a tod@s.

Anónimo dijo...

A este solo le preocupa el título ¡Qué triste! o tendrá la suerte de ser funcionario, en cuyo caso entiendo su único interés.

Anónimo dijo...

Comparto plenamente lo que dice laf@ctoria en su último párafo:"...es el momento de sacar la cabeza y decirle a la sociedad para que servimos, quienes somos, que pensamos y en que podemos mejorar su vida". Y la respuesta es MODUS VIVENDI, la exposición que hya ahora en la sala de exposiciones del ayuntamiento, en la calle Periodista Azati. Si no la has visto no te la pierdas, pero sobretodo recomiendala a todas las personas que conozcas. Este es un paso, un gran paso para enseñar a la sociedad en qué consiste el trabajo de un interiorista. Creo que acciones debería de haberlas de manera más continuada.